Inenraum 1:
rund um die Leere
for cello solo
World Premiere:
Iagoba Fanlo
June, 2014
Museo de Navarra, Pamplona (Spain)
In Innenraum, Ciria evokes the notion of silence proposing an artistic experience in which the receiver, in order to experience it in its entirety, needs to be stimulated by the sculpture (whether in its visual form or recorded as a memory trace) and the music. A new element is born from a borderland space orbited by both disciplines. Internal Space I: Around Emptiness alludes to the eponymous series of monumental steel sculptures created by Eduardo Chillida in the mid-20th century. This composition not only emphasises the liminal aspect of artistic creation and the possibility of becoming a space on convergence, but also the special musical skill required to enable it to squeeze into a “borderline crevice”. Ciria’s compositional oeuvre revolves around silence to such an extent that is effectively becomes an aesthetic counterpart to the void, an act of foundation for forging a place, Chillida’s mute vibration.
Pedro Ordoñez, Chillida Sounds, 2016.
Escribir una obra-homenaje a Eduardo Chillida es siempre un arma de doble filo. Por un lado, supone un placer infinito entablar un diálogo artístico con la mejor herencia que puede dejar un maestro: su obra. Pero, por otro lado, conlleva una preocupación que debe marcar el trabajo antes, durante y después del proceso creativo: el homenaje nunca debe devorar al homenajeado, y viceversa. Devorar no en el sentido de que uno supere al otro en calidad, sino que uno haga innecesario al otro. Esto puede ocurrir de dos formas: si ya existe un continente casi perfecto para las ideas que plantea Chillida, es innecesario llevar el mismo contenido a otro diferente porque poco más puede aportar. Por lo tanto, la copia se hace innecesaria por ser redundante. La segunda manera es que el homenaje cobre tal envergadura e independencia que rompa los lazos con el homenajeado, haciendo a este último sobrante.
La humilde solución que se propone en Innenraum 1 es concebir música y escultura desde un nivel más universal, vinculándolas y creando la necesidad de que ambas se conviertan en pilares indispensables para la creación de un nuevo elemento artístico. A la manera de Chillida, las dos disciplinas actúan como dos grandes piezas de hierro que se entrelazan, se acercan, se alejan, se abrazan… hasta formar un espacio nuevo en su interior que necesita obligatoriamente de la presencia de ambas para su existencia. El elemento no será ni música ni escultura, sino una experiencia artística donde el espectador necesita tanto el estímulo de la escultura (visual o impregnado en la memoria) como la audición de la música para una concepción completa del conjunto. El elemento nuevo nace en un espacio fronterizo entre dos grandes mundos (escultura y música) que orbitan a su alrededor. En este espacio habita lo común a las dos disciplinas, lo más cercano que existe a una esencia universal del arte.
En esta primera parte del ciclo Innenraum, el elemento conector entre los dos mundos es el silencio. Un silencio entendido como imposibilidad, homólogo musical al utópico e inasible espacio interior que busca Chillida en sus obras y que “más activo es cuanto más oculto está”. Este silencio que se busca pero que nunca se encuentra crea una diversa gama de paradojas y juegos caleidoscópicos de la percepción, como la audición silenciosa y la visión sonora cuando el violonchelista pasa con rapidez el arco sobre las cuerdas sin generar sonido alguno. No existe sonido, pero se intuye por el movimiento visual, eliminando toda posibilidad de silencio.
En definitiva, el silencio y su análogo –el espacio interior– se convierten en esta obra en puentes que ponen en contacto escultura y música y que crean un espacio fronterizo entre ambas para el desarrollo de un ente artístico multidisciplinar y ambiguo. El silencio no como estado, sino como dirección hacia un final imposible, que no es asible, ni visible, ni audible. Sólo se sabe que está por los efectos que genera – dirección y movimiento-, prueba suficiente de su existencia.
“A la manera de Chillida, las dos disciplinas actúan como dos grandes piezas de hierro que se entrelazan, se acercan, se alejan, se abrazan, etc. hasta formar un espacio nuevo en su interior”