…hay un muro delante de mis ojos
for soprano, two narrators and ensemble
World Premiere:
Rubik Ensemble, Bernat Quetglas (cond.)
February, 2015
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Esta obra toma como impulso creativo la sordera e indiferencia con la que se reciben diariamente los gritos desesperados de miles de mujeres vejadas y humilladas. Sus gritos, ocultados por una sociedad que no quiere ni ver ni oír se vuelven invisibles, afónicos, como brochazos de blanco sobre blanco. Sin embargo, suele ocurrir que cuanto más se trata de ocultar una cosa, más presente se hace esta, pues queda enfatizada su ausencia. Como escribe brillantemente Borges en El jardín de los senderos que se bifurcan, “omitir siempre una palabra, recurrir a metáforas ineptas y a perífrasis evidentes, es quizá el medio más enfático de indicarla”. En la obra, la voz de la soprano queda emparedada en el interior de una cárcel formada por textos aparentemente inconexos que ocultan y hacen inaudibles sus lamentos. Sin embargo, aunque en principio parezcan desvinculados unos de otros, todos tienen como esencia común el orbitar en torno a un mismo centro gravitacional –la angustia del enclaustramiento- haciendo, paradójicamente, más palpable el significado original cuanto más lo ocultan. Estos textos enmascaran al mismo tiempo que acentúan la idea de aislamiento aproximándose a ella a través de conceptos como ausencia, oscuridad, silencio forzado y, sobre todo, olvido. El texto cantado por la soprano define a la perfección esta paradoja: “…oblivionem meminisse, qua id, meminerimus obruitur” […me acuerdo del olvido que sepulta lo que recordamos. -Confesiones, San Agustín-]. Con el transcurrir del tiempo y la aparición de esta constelación de símbolos gravitando en torno al enclaustramiento, la obra deja de ser música y comienza a edificarse como un muro real entre la soprano y el público. Un muro que, pese a parecer inexpugnable, se conforma de vacíos levantados sobre ausencias, debilitándose al mismo tiempo que se fortalece y abriendo una grieta de esperanza a través de la cual esos gritos puedan ser escuchados.